Tio Alberto
Gitano o payo pudo ser
o un aristócrata que ayer
perdió su cetro de oro y su corona.
Camina sobre el bien y el mal
con la cadencia de su vals,
mitad juicio y mitad mueca burlona.
Tío Alberto...
Tío Alberto...
Cató de todos los vinos,
anduvo por mil caminos
y atracó de puerto en puerto.
Entre la ruina y la riqueza,
entre mentiras y promesas,
aún sabe sonreír.
Tío Alberto.
Da todo lo que puede dar,
su casa está de par en par.
Quien quiere entrar, tiene un plato en la mesa.
Pero no os cambia el cielo por
la Orden de la Legión de Honor
que le dio la República Francesa.
Tío Alberto...
Tío Alberto...
Aún tiembla con los motores,
las muchachas y las flores,
con Vivaldi y el Flamenco.
Tiene de un niño la ternura
y de un poeta la locura
y aún cree en el amor.
Tío Alberto.
Por ti valsea en re bemol
agradecido el tibio sol
de este otoño que hiciste primavera.
El vaso de mi juventud,
yo lo levanto a tu salud
Rey del país del sueño y la quimera.
Tío Alberto...
Tío Alberto...
Qué suerte tienes «cochino».
En el final del camino
te esperó la sombra fresca
de una piel dulce de veinte años
donde olvidar los desengaños
de diez lustros de amor,
Tío Alberto.